La terapia familiar es un tipo de terapia psicológica (psicoterapia) que puede ayudar a los miembros de la familia a mejorar la comunicación y resolver conflictos.
La terapia familiar suele ser a corto plazo y puede involucrar a todos los miembros de la familia o solamente a los que son capaces o tienen la voluntad de participar. Tu plan de tratamiento específico dependerá de tu situación familiar. Las sesiones de terapia familiar pueden enseñarte habilidades para profundizar las conexiones familiares y atravesar momentos estresantes, incluso cuando hayas terminado de ir a sesiones de terapia.
Tu familia podría realizar terapia familiar, junto con otros tipos de tratamientos de enfermedad mental, especialmente si alguno de los miembros tiene una enfermedad mental o una adicción que también requiere terapia adicional o tratamiento de rehabilitación.
La terapia familiar puede ayudar a los miembros de la familia a enfrentar la situación si uno de ellos padece una enfermedad mental grave, como la esquizofrenia, pero la persona que padece esquizofrenia debe continuar con el plan de tratamiento individualizado que puede comprender medicamentos, terapia personalizada u otro tratamiento.
En el caso de las adicciones, la familia puede asistir a terapia familiar mientras que la persona con una adicción participa en un tratamiento residencial. A veces, la familia puede participar en terapia familiar, incluso cuando la persona con una adicción no buscó un tratamiento propio.
La terapia familiar puede ser útil en cualquier contexto familiar que provoque estrés, dolor, ira o conflicto. Puede ayudarte a ti y a los miembros de tu familia a comprenderse mejor y a aprender a hacer frente a desafíos o situaciones para acercarse unos a otros.
La psicoterapia familiar es un método de tratamiento psicológico en el que se interviene sobre el grupo familiar en su conjunto. No se trabaja sobre la persona individual, sino que se entiende a la familia como un todo orgánico. Este servicio psicológico puede ayudar a mejorar las relaciones con la pareja, hijos u otros miembros de la familia. Puede incluir a todos los miembros de la familia o solo a los interesados en participar.
Motivos por los que acudir a terapia familiar
Cada familia es un sistema complejo compuesto por los diversos mundos que son sus miembros. La forma de relacionarse, comunicarse o los problemas que pueden aparecer son infinitos. Sin embargo, las siguientes circunstancias deben alertarnos sobre la necesidad de consultar con un profesional:
Si se produce un importante deterioro en las relaciones interpersonales: “Ya no sabemos hablarnos sin gritar”, “Nos es imposible hablar con nuestra hija(o)”, “Las faltas de respeto son constantes”, “Perdemos el control y hemos llegado a la violencia”.
Ante adicciones o diagnósticos de salud mental, es decir, cuando uno de los miembros de la familia sufre una adicción o es diagnosticado, por ejemplo, con esquizofrenia o trastorno psicótico, anorexia, bulimia, trastornos de personalidad, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno bipolar, etc.
Si ocurren cambios importantes que afectan negativamente como estrés financiero, desempleo, la llegada de hijos no planeados y/o no deseados, separaciones divorcios, etc.
Al final, el objetivo de esta terapia es identificar los síntomas que afectan al entorno familiar y a sus miembros para descubrir las dinámicas destructivas que se mantienen y trabajar para crear una nueva forma de relacionarse. En la terapia familiar se podrán descubrir y expresar sus emociones, se ayudará a entender el problema, se abrirán vías de comunicación, se podrán compartir las necesidades de cada miembro de la familia y llegar a compromisos que faciliten la situación.
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